Conoce como un director de operaciones puede ser clave para incrementar la rentabilidad de tu negocio
Mejorar la rentabilidad de las empresas requiere optimización constante de los procesos de operaciones. Dotados de una valiosa experiencia y empoderamiento, los directores de operaciones tiene la capacidad de establecer criterios distintivos para garantizar la rentabilidad de los servicios que prestan sus negocios.
Sin embargo, a medida que las empresas crecen, la complejidad de esta función se intensifica con más datos y participantes. Esto puede llevar a la pérdida de control y afectar la rentabilidad de los proyectos y servicios. En este contexto, surgen herramientas y metodologías innovadoras que ayudan a estos profesionales en su labor.
El enfoque de Zinkee permite a los directores de operaciones aplicar su experiencia de manera efectiva en los procesos empresariales para así incrementar su rentabilidad.
En este caso, al nombrar al director de operaciones nos referimos a responsables en empresas de servicios orientadas a proyectos, tales como constructoras, empresas de reformas, empresas de ingeniería, consultoría o instalación. En estos negocios, dónde el servicio prestado viene definido por un presupuesto, un alcance y un plan de ejecución, la rentabilidad está muy ligada al modelo operativo que implementen estas organizaciones. Estos profesionales, pueden pueden denominar su función de diversas maneras según el tamaño de la empresa y su nivel de responsabilidad: director de operaciones, gerente de operaciones, jefe de proyectos, responsable de producción, etc. y se enfrentan al desafío de gestionar varios servicios o proyectos simultáneamente, llegando a liderar en ocasiones equipos de una envergadura considerable.
La naturaleza dinámica de su rol implica la búsqueda constante de mejoras en los procesos
Su principal objetivo es garantizar la rentabilidad de estos servicios, centrándose en la eficiencia y la optimización de costos. La naturaleza dinámica de su rol implica la búsqueda constante de mejoras en los procesos, incorporando disciplinas como Six Sigma o metodologías Lean. Su criterio único, basado en la experiencia y el conocimiento interno de la organización, es fundamental, ya que entender cómo operar de manera rentable requiere un conocimiento profundo del contexto del negocio.
El rol del director de operaciones abarca además otras áreas en términos de comunicación, encargándose de facilitar interacciones efectivas entre el equipo, y de interactuar con clientes y proveedores para asegurar la satisfacción y cumplimiento de requisitos. En el ámbito tecnológico, evalúa y selecciona herramientas adecuadas para la gestión de proyectos, implementando sistemas que optimicen la eficiencia y visibilidad.
También es habitual que se ocupen de aspectos como la seguridad laboral y el cumplimiento normativo, garantizando el acatamiento de normativas y supervisando la implementación de medidas de seguridad en los proyectos. En el aspecto documental, el director de operaciones puede ser también responsable de que la documentación esté completa y organizada de cada proyecto, archivando información relevante para futuras referencias y posibles auditorías.
El desafío que enfrenta un gerente o director de operaciones para rentabilizar cualquier proyecto radica en el aumento de complejidad a medida que crece la empresa. Con el aumento en el número de servicios y proyectos que gestiona simultáneamente, así como el incremento en la cantidad de participantes en los equipos bajo su supervisión, se encuentra en medio de un flujo constante de datos que requieren actualización por parte de múltiples personas en un periodo de tiempo limitado.
Unido al nivel de complejidad derivado del volumen de datos y tamaño de equipos, hay que considerar también que la optimización de las operaciones es en esencia una actividad dinámica y requiere evolución constante para aplicar la mejora continua en la búsqueda de la eficiencia.
En este punto las herramientas habituales, como Excel, otras hojas de cálculo o herramientas de seguimiento de proyectos, se quedan cortas y generan un riesgo severo de diferir la actuación, toma de decisiones subóptima y pérdida de control. Otras alternativas como ERP empresariales o especialistas, resultan complejas y rígidas y dificultan que estos profesionales implementen los procesos según su propio criterio, lo que obliga a las empresas a cambiar sus procesos y perder sus diferenciadores.
Para afrontar esta nueva complejidad de datos y participantes, la digitalización del modelo operativo ofrece una oportunidad a las empresas para seguir incrementando su rentabilidad mientras avanzan en su crecimiento. Idealmente, este nuevo modelo operativo debería cumplir las siguientes condiciones:
Dar el paso hacia esta transformación digital puede ser un reto cargado de incertidumbre. En este camino, el director de operaciones como líder del cambio deberán enfrentar tanto una probable resistencia interna en su organización como la incertidumbre propia de un proceso de cambio. Podemos distinguir dos grupos de obstáculos:
En Zinkee conocemos algunos de los secretos del éxito, pues ya hemos presenciado cómo numerosas empresas han seguido este camino hacia el triunfo en la transformación digital.
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