Aprende a priorizar tareas en proyectos facturables de forma efectiva. Descubre estrategias ágiles, técnicas de organización y cómo herramientas como Zinkee facilitan la visibilidad y optimización de la rentabilidad en cada proyecto.
En el ámbito de los proyectos facturables, donde los resultados no solo impactan en la satisfacción del cliente sino también en la rentabilidad de la empresa, la priorización es crucial. Sin un enfoque claro, la percepción de que "todo es importante" puede obstaculizar el avance y complicar la asignación de recursos. Implementar una correcta priorización permite organizar tareas, optimizar el tiempo y, en última instancia, mejorar los resultados financieros del proyecto. Zinkee es una solución ideal para mantener visibilidad continua sobre la rentabilidad y progreso del proyecto, asegurando que todos los esfuerzos se alineen con los objetivos y plazos.
Al ejecutar proyectos, priorizar se convierte en un desafío constante debido a factores como:
No contar con un sistema de priorización trae consecuencias directas, especialmente en proyectos de servicios facturables:
Establecer objetivos claros y alcanzables es el primer paso. Reúne al equipo y a los stakeholders para definir cuáles son los objetivos prioritarios. Pregunta a los clientes cuáles son sus principales expectativas y asegúrate de que estas se reflejen en los objetivos. Las metodologías ágiles, como los OKRs (Objectives and Key Results), permiten dividir estos objetivos en metas cortas y medibles, asegurando que el equipo se enfoque en lo que realmente genera valor.
La matriz de Eisenhower clasifica las tareas en cuatro cuadrantes: urgente e importante, importante pero no urgente, urgente pero no importante, y ni urgente ni importante. Esta técnica ayuda a evaluar cada tarea de acuerdo con su relevancia y urgencia, evitando que el equipo se enfoque en lo que no tiene un impacto significativo. Por ejemplo, en proyectos de servicios, las tareas de comunicación con el cliente (urgentes e importantes) pueden requerir atención inmediata, mientras que otras tareas administrativas (importantes pero no urgentes) pueden ser planificadas para más adelante.
La técnica Moscow (Must, Should, Could, Won't) es una metodología ágil que permite categorizar tareas según su nivel de prioridad. Para proyectos facturables, la clasificación puede hacerse de acuerdo con el impacto financiero o el valor para el cliente. Por ejemplo:
Esta técnica ayuda a enfocar los recursos en lo que es fundamental, evitando sobrecargar al equipo.
Evalúa el esfuerzo requerido para cada tarea en relación con el impacto que tendrá en el proyecto. Herramientas como Zinkee permiten visualizar estas relaciones en tiempo real, ayudando a los equipos a identificar rápidamente las actividades de alto valor con menos esfuerzo. Esto es particularmente útil en proyectos de servicios, donde la rentabilidad depende de una asignación eficiente de los recursos.
Desglosar tareas grandes en subtareas más manejables facilita el avance y la priorización. La fragmentación permite mantener un enfoque ágil, fomentando el progreso gradual y evitando la acumulación de pendientes. Por ejemplo, si el proyecto implica la creación de un reporte mensual para el cliente, este puede dividirse en subtareas como recolección de datos, análisis y presentación, cada una con una prioridad asignada.
Al priorizar en proyectos facturables, es importante evitar errores frecuentes como:
En proyectos de servicios, donde la facturación depende de los resultados entregados, Zinkee se destaca como una herramienta ideal para mantener el control y la rentabilidad. Con su capacidad para centralizar la información del proyecto, automatizar procesos y ofrecer visibilidad en tiempo real sobre los objetivos y el rendimiento, Zinkee facilita la toma de decisiones informadas. Esto no solo mejora la priorización, sino que también permite anticipar problemas y actuar antes de que afecten el proyecto y, en consecuencia, la relación con el cliente.
La priorización es un componente esencial para el éxito y rentabilidad de los proyectos. Con estrategias ágiles, una planificación clara y el apoyo de herramientas colaborativas como Zinkee, los equipos pueden optimizar la productividad y asegurar que los objetivos y plazos se cumplan. La correcta priorización no solo mejora la eficiencia del equipo, sino que también aumenta la rentabilidad y fortalece la relación con los clientes.
Es frecuente encontrar empresas que no conocen la rentabilidad de sus proyectos hasta que estos terminan. En el primero de esta serie de artículos exploramos cómo realizar el control económico de proyectos en base a una línea de referencia